Viernes 19
Julio César
William Shakespeare
Compañía: Metaproducciones
Dirección: Paco Azorín
Lugar: Corrala Palacio Caballero de Olmedo
Precio: 14 euros
Duración: 100 minutos
Marco Antonio: Sergio Peris-Mencheta
Bruto: Tristán Ulloa
Casio: José Luis Alcobendas
Casca: Agus Ruiz
Decio: Pau Cólera
Metelo: Carlos Martos
Octavio: Pedro Chamizo
Equipo artístico y
técnico
Dirección y escenografía: PACO AZORÍN
Audiovisual: PEDRO CHAMIZO
Diseño de vestuario: PALOMA BOMÉ
Diseño de iluminación: PEDRO YAGÜE
Espacio sonoro: ORESTES GAS
Ayudante dirección: NIEVES PÉREZ-ABAD
Ayudante escenografía: JUAN S. DOMÍNGUEZ
Fotografía: DAVID RUANO

Paco
Azorín
http://www.mariadiaz.eu/montajes.html |
Inserto fotos extraídas del dossier completo de la producción que podéis ampliar visitando la página de María Díaz, jefa de prensa del Festival, a la que debemos la promoción de Olmedo allende nuestras fronteras, entre las altas esferas del gremio teatral, y a que nos visiten artistas tan conocidos a nivel nacional como estos.
http://www.mariadiaz.eu/montajes.html
COMENTARIO:
Mucho no voy a comentar del inicio del Festival con la propuesta de Paco Azorín sobre esta obra de William Shakespeare de la que quizá por el plantel de actores que traía esperaba algo más. Y no es que pueda decir que no me ha gustado como trabajan, porque en general han estado muy correctos, pero tampoco puedo decir que me hayan encandilado.
En la primera mitad me ha costado bastante entrar, quizá por
el tipo de obra, quizá porque no había nada en especial que me llamara la
atención, aunque sí que es verdad que luego ha mejorado bastante en buena parte
gracias al discurso de Marco Antonio, papel interpretado por el conocido Sergio
Peris-Mencheta, rematado por un estremecedor baladro (palabra que ignorante de
mi no conocía y que acabo de descubrir buscando sinónimos de grito porque no me
apetecía poner grito) un estremecedor baladro, decía, de los de verdad, de los
creíbles, que ha arrancado aplausos entre el público.
Sí que es verdad que esta obra me hace reflexionar sobre lo
fina que es a veces la línea que separa lo justificable de lo condenable o lo
cerca que está la gloria de ser un libertador de la condena de ser un traidor.
La decisión de convertirse en juez y ejecutor en aras de un bien común es
extremadamente arriesgada, máxime cuando se hace bajo la presión manipuladora
de un entorno que sólo busca una herramienta para sus propósitos. La debilidad
de los nobles la aprovechan los ruines y esto era así en la época del Bardo, sigue
siendo así en la época actual, y dudo mucho que esto cambie porque la realidad
es que en la obra los asesinos han acabado como traidores pero en muchos otros
casos el cuento acaba bastante diferente.
Bueno, al final, y no siendo de los mejores montajes que he
visto, siempre es un placer ver en Olmedo a actores de la talla que hemos visto
hoy, aprender palabras nuevas y reflexionar sobre aspectos de la vida traídos a colación por una obra de
teatro. Además los aplausos han sido generosos, ósea, que al público en general
le ha gustado
Recuerdos para esa “Tempestad” que no pudimos ver terminar el
año pasado por el diluvio que amenizó a mitad de la obra y que nos dejó a todos
con las ganas porque aquel montaje del que Peris-Mencheta era el director sí
que fue memorable. El actor-director agradecía hoy al cielo, después de los
saludos finales, que le hubiera dejado terminar la obra sin llover, con un gesto
que todos compartimos ya que a pesar de haber estado amenazando toda la tarde,
al final nos ha dejado una noche fantástica. Ojalá nos aguante toda la semana.
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